sábado, 3 de octubre de 2009

!Esta¡, Dijo Mena

¡Esta!, dijo Mena

Se pierde en el tiempo el origen del acto mediante el cual, acompañado del gesto de la guatuza, la simple expresión "¡Esta!" la establecimos los nicas como sinónimo de rechazo contundente, pero lo que sí es fácil de aclarar es cómo y cuando se transformó en refrán al agregarle "dijo Mena". Y el cuento de quien resulta ser el Mena, y cómo vio incorporado su apellido a la estructura del refrán para reforzar su significado de rechazo contundente, es el siguiente:


El 8 de mayo de 1911 el presidente de Nicaragua, General Juan J. Estrada, renunció a su cargo debido, entre otros factores, a la rebelión de su Ministro de la Guerra General Luís Mena, asumiendo, con bendición de los gringos, su entonces vice, el conservador Adolfo Díaz. Esto incomodó aún más a Mena, pues veía desvanecida la posibilidad de llegar a ser presidente de la nación por lo que, instigado por liberales, conspiró contra su nuevo jefe y correligionario preparando un "lomazo" o golpe de estado. Sobre el estado de las cosas en ese momento dice el también conservador General Emiliano Chamorro, en la página 199 de su Autobiografía, que: "todas las ventajas estaban de parte del General que como Ministro de la Guerra había minado el país con una organización casi personal... la distribución de los materiales de guerra los había hecho calculadamente, encontrándose por eso la mayor parte del armamento en el Cuartel de San Francisco, en la Ciudad de Granada, el que había puesto bajo la comandancia del General Daniel Mena, hijo del mismo General Mena."


Por ser un gran obstáculo el que la custodia de la Loma Presidencial estaba a cargo del General Roberto Hurtado, hombre fiel al presidente Díaz, Mena trató de reemplazarle su guarnición con 200 nandaimeños menistas lo que devino en que el Presidente le removiera de su cargo lo cual aparentemente aceptó por ser decisión avalada por la embajada americana, pero lo que en realidad hizo fue retirarse a Granada y levantar en armas un ejercito libero-conservador cuya jefatura recayó en el general liberal jinotegano, recién llegado del exilio, Benjamín Francisco Zeledón Rodríguez.

Tras un fallido intento por tomar Managua, Mena se vio afectado de salud quedando "tullido" en Granada y Zeledón reconcentrado en Masaya, lugares donde el 24 de septiembre de 1912 los sorprendió un ultimátum de las tropas norteamericanas interventoras en Nicaragua pidiéndoles la rendición de las dos plazas: Masaya y Granada. A sabiendas que el General Zeledón estaba decidido a pelear hasta morir, Mena dijo "Esta!", y las respuestas fueron disímiles: Mena se rindió sin que le intimidaran dos veces, pasando al exilio forzado en Panamá, mientras Zeledón, después de redactar una memorable carta testamento, caía abatido en La Barranca, Masaya, el 4 de octubre del mismo año, fecha en que cumplía 33 años de edad.

Años más tarde Mena retornó al país y dice Don Carlos Cuadra Pasos, en sus Obras, pág. 432, que al "...regresar a su patria, vino con la salud recuperada y su inteligencia más despierta por la triste experiencia que había sufrido. Curado de la parálisis, causa de la pérdida de la guerra, curado de la ambición presidencial, causa original de la misma guerra."

Como se verá, por el acto de haber dicho: "Esta!" el pueblo incorporó el apellido mencionado a la expresión, transformándola así en el refrán que utilizamos para manifestar rechazo contundente a una propuesta o alternativa considerada poco conveniente.

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