lunes, 5 de octubre de 2009

El muerto al hoyo, el vivo al bollo

El muerto al hoyo, el vivo al bollo

Refrán con que los nicas aconsejamos que mientras se disponga de vida y salud se deben aprovechar las oportunidades y disfrutar al máximo de los placeres terrenales. En la estructura del refrán "hoyo" es sinónimo de fosa o tumba sin utilizar aún, "vivo" no tiene nada que ver con vivían o lépero, si no que define la condición de gozar de vida y buena salud y "bollo" identifica la pieza de pan simple de forma romboidal con la que, en la vida rural, se acostumbraba desayunar acompañándola de su respectivo "guacal" de café negro.


Generalmente el refrán se utiliza en sentido figurado y una de las pocas situaciones en la que encuentra aplicación literal es en El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, primera parte, capítulo XIX, cuando Sancho Panza, aconsejando a su señor, luego que este vapuleó y desbandó a los religiosos miembros de un cortejo fúnebre y habiendo quedado tirado en el suelo el cadáver, recurre al refrán: "Váyase el muerto a la sepultura y el vivo a la hogaza" para recomendarle abandonar el lugar y el cadáver y retirarse a disfrutar de los alimentos "recuperados" a los desbandados miembros del cortejo.


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